Cuando llega el otoño a los viñedos de Lopez de Heredia todo a su alrededor se llena de tonalidades inimaginables con toda la gama de matices entre rojos, amarillos, verdes, ocres y dorados... que contrastan de una manera especial con el azul del cielo y el blanco de las nubes. Es tal la explosión de color que se registra en los viñedos, que la mente se ve necesitada de un pequeño lapso de tiempo para adaptarse a tal espectáculo y poder asimilar de un solo golpe tanta belleza natural a través de nuestros ojos.
Después de la vendimia aun pudimos encontrar algún que otro racimo de esa bendita uva que da vida y equilibrio a las fotografías que humildemente realizamos. Guardadas en la mente nos quedaron aun muchas instantaneas para poder completrar el trabajo que iniciamos un día soleado a finales de octubre de 2015 después de un azaroso viaje camino Soria.