Sin pena ni gloria, septiembre se fue. No sabemos si dulcemente como reza la canción, o cacareando y sin plumas como el gallo de Morón. Todos los años por esta época, las noches comienzan a caer y las temperaturas a sentirse más frescas y a medida que pasan los días,  podemos sentir que  comienza el otoño a llegar.

Para la inmensa mayoría de fotógrafos de naturaleza, es una alegría contemplar la riqueza de colores con los que empiezan a vestirse nuestros majestuosos bosques. Es una época en la que hay un sinfín de oportunidades para realizar excelentes fotografías de todos los estilos, paisaje, macro, pequeños detalles jugando con los colores y también como no, abstracciones y composiciones donde cada fotógrafo aporta su creatividad en el desarrollo de la fotografía artística de naturaleza .

El otoño no sólo es un vibrante despliegue de color, sino que las frías noches suelen traer consigo muchas mañanas de niebla. La niebla en los valles y la bruma espesa en el aire pueden proporcionarnos a los fotógrafos unas composiciones y unos paisajes impresionantes.

En el suelo de los bosques, nos sumergimos en el microcosmos de los hongos. En ese pequeño mundo, y gracias a la creatividad personal de cada fotógrafo podemos hacer con las setas unas fotografías  magnificas  llenas de gran belleza.

Por lo tanto que comience la fiesta del color y el amor por la naturaleza.

Saludos cordiales.